lunes, 27 de junio de 2016

EL CIELO DE SEVILLA

Dice una popular canción que “Sevilla tiene un color especial” y creo que así lo corroboran muchas de las personas que visitan esta maravillosa ciudad. Otra de las estrofas de la conocida melodía dice: “Sevilla enamora el cielo para vestirlo de azul” y algo de eso, o su situación estratégica, debe ser lo que ha hecho que el cielo de esta ciudad se vea surcado por esos revolucionarios y novedosos ingenios aeronáuticos que como el Solar Impulse II llegó al aeropuerto de Sevilla el jueves a las 07:39 tras salir del aeropuerto de JFK a las 02:30 hora local española del lunes. Ha conseguido recorrer 6.272 kilómetros y la proeza de cruzar el océano Atlántico en 71 horas (dos días y dos noches). Dada la ínfima información y relevancia que los medios de comunicación dieron a este hecho, inserto el link donde se puede obtener una amplia información sobre esta indiscutible hazaña que representa un gran paso para la navegación aérea.  http://www.solarimpulse.com/leg-15-from-New_York-to-Seville Pero el cielo de Sevilla y la ciudad, no es la primera vez que sirve para escribir páginas históricas en los libros de navegación aérea. El mítico, inimitable, inconfundible, lujoso y glamuroso Zeppelín, visitó y sobrevoló los cielos sevillanos en quince ocasiones. La primera de ellas fue el día 29 de junio de 1929, con motivo de la Exposición Universal, dando varias pasadas por el cielo hispalense y sobrevolando la ciudad a baja altura. Posteriormente el Zeppelín pasó y aterrizó en Sevilla en el lugar donde estaban los hangares que, según las crónicas de la época, se ubicaban  en el campo de Hernán Cebolla, donde hoy se encuentra la barriada de Aeropuerto Viejo.
Este hecho dio una gran relevancia a la ciudad dentro de la aeronáutica y como punto de partida y destino de vuelos transoceánicos e internacionales y gradualmente, Sevilla fue acogiendo algunas de las efemérides más relevante de la aviación española, como la inauguración de la primera línea aérea postal regular y comercial del país, la Sevilla-Larache, en 1927, o grandes vuelos de notabilidad mundial como el realizado en 1929 por el avión “Jesús del Gran Poder”, desde Sevilla a Bahía, en Brasil, o el realizado cuatro años después por los pilotos Barberán y Collar en el “Cuatro Vientos” a La Habana (Cuba)
Posiblemente esto motivó que industrialmente la ciudad esté ligada a la industria aeronáutica. El 3 de marzo de 1923 el ingeniero militar, piloto y fotógrafo español José Ortiz Echagüe, crea la empresa Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA),  que en 1972 se fusiona con Hispano de Aviación, primera factoría de aviones de combate de Sevilla, situada en la popular Calle de San Jacinto, en pleno corazón de Triana, y que fue la primera factoría en España que montó un avión a reacción con nombres tan singulares como el "Saeta" o el "Triana".
En la actualidad el desarrollo de la industria aeronáutica hispalense se concentra en el Parque Tecnológico Aeroespacial de Andalucía, Aerópolis, ubicado en el actual aeropuerto de Sevilla y la trasfigura en epicentro internacional de la oferta y demanda de construcción y empleo en el sector aeroespacial cuyas aeronaves surcan el cielo de Sevilla, esa que huele a azahar, jazmines, claveles, hortensias, petunias, geranios, a rio y hasta tiene al sol que duerme en Triana y la luna en Santa Cruz.

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