lunes, 4 de marzo de 2013

EL PAPA EMÉRITO



El frio, propio de esta época invernal, convierte parajes, campos, pueblos, ciudades, caminos, carreteras y vías en noticia. El manto blanco de la nieve hace su aparición en lugares insólitos dejándonos estampas que muchos quieres plasmar para el recuerdo y los medios de comunicación, siempre en el lugar de la noticia, propagan desde los albores del día.
Junto a la noticia meteorológica, se mezcla el ondear de banderas, banderolas, pancartas, inscripciones, emblemas que portan quienes corean consignas o lemas resaltando el día de Andalucía y en protesta y reivindicación de los derechos substraídos a la ciudadanía.
Pero si hay una noticia vital, trascendente, importante, insólita es la que transmiten todos los medios de comunicación (me atrevo a decir mundiales).  A las 20,0 horas del día se produce en la ciudad del Vaticano la renuncia efectiva de Benedicto XVI. El que ha sido durante ocho años vicario de Cristo en la tierra ha renunciado a su cargo y esté día se retira del papado e inicia una nueva forma de vida. Se convierte en Papa emérito.
La decisión de abandonar el puesto, hace días que se dio a conocer, alegando una mermada salud e incapacidad para seguir al frente de una Iglesia anquilosada, envuelta en una nebulosa de dudas, de rencillas internas, de noticias que a los ojos de muchos esta lejos de los bienaventurados. La iglesia que se conoce es la de la ostentación, la del poder, la de la opulencia, la que se afilia y rinde pleitesía al poder y en la que sus jerarquías no defienden ni tiene la valentía de pronunciarse públicamente contra las atrocidades de gobernantes corruptos, sin ética, faltos de moral que suplantan a las personas por sus intereses personales o partidistas.
Es preciso que la Iglesia católica sea denuncia y anuncio, crítica e impulsora de propuesta de alternativas. Ser esperanza en la desesperanza, de ser la iglesia de los pobres, de los marginados, de ser solidaria con los últimos, los desarraigados. De propugnar la liberación de los pobres y oprimidos, de oponerse al egoísmo, a la injusticia y a la explotación. En eso sigue al Maestro.
El sacerdote jesuita José María Díez-Alegría, hizo estas estremecedoras declaraciones sobre la Iglesia secuestrada por los poderosos: “Pienso que la Iglesia católica en su conjunto ha traicionado a Jesús. Esta Iglesia no es la que Jesús quiso sino la que han querido a lo largo de la historia los poderosos del mundo”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario