miércoles, 30 de diciembre de 2015

30 DE DICIEMBRE DEL 2015


Mientras que pienso en añoranzas del año que termina y en propósitos de enmienda para el próximo año me sorprende, por medio de esos nuevos métodos de comunicación, una noticia,  una feliz noticia, una inesperada noticia, una sorprendente noticia. Noticia que aún siendo feliz, inesperada y sorprendente me deja un tanto atónito, perplejo e incluso un poco desorientado en el tiempo. Desorientado en el tiempo porque medicamente, al parecer, aun no se cumplía el término de gestación para el nacimiento de mi segundo nieto.
No soy de las personas que cree que las fases de la luna influyen en la fertilidad y en la tasa de nacimiento de bebés, pero hoy en que es visible un 79% de la luna, ese nuevo ser ha visto la luz,  y la verdad que a juicio de las orientación medica, el adelanto de su nacimiento ha sido de más de veinte días y ha nacido bajo el signo de Capricornio.
Hoy esta pequeña y frágil persona ha llegado a la vida de la familia llenándonos de alegría, de felicidad, de satisfacción y permitiéndonos hacer esas primeras afirmaciones tan obvias en estos momentos ¡Qué guapo es! ¡Qué hermoso está! ¡Qué criatura más linda!... y esa serie de apreciaciones que son propias de la ocasión.
Hoy vuelvo a ser abuelo y me llena de ilusión, de felicidad, de alegría esta nueva situación y responsabilidad que la vida me ofrece, a los padres, a los abuelos y a toda la familia muchas felicidades, ya somos uno más.

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